7 de abril de 2010

Recuperación de datos: problemas con el disco duro

El plato de aluminio se levanta y empieza a girar hasta alcanzar 7.200 revoluciones por minuto. Un diminuto cabezal sobrevuela entonces la superficie impoluta, modificando el campo magnético correspondiente a millones de bits; la distancia que le separa del plato, ese disco que está rotando a altísima velocidad, es de tan sólo tres nanómetros.

Acabamos de describir un instante cualquiera en la vida de un disco duro, un aparato muy delicado y complejo. Desde que aparecieran a mediados de los años cincuenta del siglo pasado, los discos duros se han convertido en un componente imprescindible. Cada vez más pequeños, estos prodigios de la electromecánica pasan por rigurosos controles de calidad para asegurar una vida útil de más de cinco años.

Pero ¿qué hacer si un disco empieza a fallar? No estamos indefensos: existen herramientas que ayudan a detectar -y, a veces, corregir- problemas de muy diversa índole que afectan a los discos duros. Incluso cuando no queda más remedio que llevar el disco a una empresa especializada, saber qué pasó evitará pérdidas de tiempo.

Cuándo y por qué puede fallar un disco duro

Tan frágiles como son, no es de extrañar que los discos duros sean tan proclives a fallar. El Tiempo Medio Entre Fallos (MTBF), un dato que aparece en la carcasa de todo disco, indica el promedio de horas que transcurren entre errores aleatorios: cuantas más horas transcurren entre fallos, más fiable es la unidad. No hay que confundirlo con la Vida Útil, periodo que rara vez supera los cinco años.

Las causas por las cuales un disco duro fallará son muchísimas: desde vibraciones y movimientos mal absorbidos hasta filtraciones de motas de polvo, pasando por problemas en los controladores, anomalías magnéticas, fallos en la alimentación y un largo etcétera. Hay discos que nacen bajo una buena estrella, por así decirlo, y aguantan lo que les echen durante diez años; otros, por el contrario, salen de la fábrica con errores que impiden su uso a medio plazo.

¿Cuándo fallará un disco? En la práctica, nadie es capaz de predecirlo. El MBTF, la vida útil y otros indicadores son meramente orientativos. Un estudio publicado en 2007 por Google concluye que no hay una correlación sólida entre temperatura o intensidad de uso y la tasa de errores. Cada disco duro, en suma, es un caso aparte.

Los síntomas: sonidos, latencias, errores…

Casi nunca un disco falla de la noche a la mañana (a menos que lo lances al suelo o lo destroces con esmero). Los síntomas pueden presentarse juntos o por separado. Para mayor desconcierto, algunos errores desaparecen tal y como habían venido: en silencio y sin causa aparente.

¿Cómo saber si un error está relacionado con el disco duro y no con el sistema operativo o un programa? Bueno, no es tan difícil de descubrir: toda anomalía que esté relacionada con el uso intensivo del disco duro y se repita con regularidad es una pista clara.

  • Fallos a la hora de copiar, mover, borrar o crear ficheros
  • Discrepancias en el tamaño total de las unidades
  • La unidad aparece y desaparece sin motivo
  • Cuelgues al acceder a grandes ficheros o navegar por carpetas
  • Errores al arrancar equipo, pantallazos azules, ficheros corruptos
  • Documentos que han desaparecido sin dejar rastro
  • El sonido es otro de los criterios útiles para saber qué le pasa al disco duro. Acerca el oído a la caja del ordenador, notarás que cada operación corresponde a una serie de ruidos discretos. Si el disco sonase como si estuviera atascado o encasquillado, con golpeteos repetitivos, rascadas metálicas o arranques estilo motosierra… algo va mal. He aquí, por ejemplo, el “Clac de la Muerte”:

Consulta este archivo de ruidos de discos duros dañados para saber cómo suena un desastre inminente. Identificar correctamente el tipo de ruido y grabarlo en un fichero WAV o MP3 te será de gran ayuda cuando contactes con el servicio de asistencia técnica del fabricante.

La hora del diagnóstico

Por fin, después de aguantar durante días una caterva de errores y ruidos, decides tomar cartas en el asunto.

Depende de la situación. Si el sistema operativo instalado ya no arranca, pero puedes leer gran parte del disco desde un Live CD, conecta una unidad externa y copia todos los ficheros que puedas.

¿Windows logra cargarse y funcionar? ¡Bien! La copia de seguridad será más fácil. No te demores, cada día que pasa aumenta el riesgo de fallo irrecuperable. Evita desfragmentar el disco, borrar muchos ficheros o incluso pasar herramientas de chequeo: cuanto más trabajo le des al disco, peor; copiar los datos será tu prioridad máxima. Una combinación un programa de grabación de CD/DVD y otro de backup es ideal.

Finalmente, está el peor escenario de todos: disco ilegible o datos que no se recuperan ni con software. ¡No abras el disco por ningún motivo! Contacta una empresa de recuperacion de datos para que te asesoren y emitan un presupuesto.

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